Miles de personas abandonaron la seguridad de sus hogares y se dirigieron a la sala de conciertos Sant Jordi de Barcelona para presenciar lo que se está describiendo como una noche mágica para cualquier aficionado al rock, comparable a las fiestas que se disfrutaban en la época prepandémica. Los fans del grupo español Love of Lesbian se sorprendieron al escuchar, después de mucho tiempo, un concierto en directo.
Medidas adoptadas para el concierto
Para poder disfrutar del espectáculo, los aficionados tuvieron que someterse a la prueba Covid-19 antes y después del concierto, cuyos resultados servirán de base para evaluar la eficacia de las autoridades en el control y la prevención de la propagación del virus en grandes eventos o en zonas de gran afluencia. En la zona de los aficionados, la norma era que todos, sin excepción, debían llevar máscaras de alta protección, que los organizadores del evento distribuyeron en las filas.
Celebrar un evento de esta magnitud no es tarea fácil, especialmente con el nivel actual de seguridad sanitaria, por lo que los organizadores tuvieron que obtener permisos especiales de las autoridades sanitarias.
Permisos para el concierto
Para dar una idea de los permisos que tuvieron que obtener, en España cualquier reunión de más de 4 personas está prohibida por ley y es un delito punible; dentro de los límites del concierto, la gente podía moverse y hablar a su antojo sin ninguna restricción.
Tras el evento, los organizadores afirmaron estar muy satisfechos con la respuesta del público y el nivel de seguridad y concienciación de los invitados, afirmando que mantuvieron las máscaras y las normas de contacto intactas en todo momento. El Dr. Boris Revollo, virólogo especializado en el diseño y la gestión de protocolos sanitarios, argumentó que estas pruebas son pasos necesarios en la dirección correcta, para que estos conciertos y eventos puedan volver en el futuro.